domingo, 7 de abril de 2013

Capítulo XIX - ENVIDIA DEL TIEMPO



Por Juan Manuel Bendala. Ilustración de Vicente Toti.


 Ramón llegó desde su Galicia natal 'con una mano delante y otra detrás', pero su tío que era remitente de pescado le amparó y ayudó, y al poco empezó a trapichear. Como era un joven despierto y emprendedor, enseguida comenzó a ganar dinero. Pasaron los años, y nuestro hombre se convirtió en un poderoso armador. Llegó a poseer una verdadera flota de barcos de pesca, talleres, camiones, saladeros… Incluso fueron suyos dos grandes bacaladeros que pescaban en Terranova, verdaderos orgullos de la ciudad.

Inés, por el contrario, era una mujer humilde, que siempre había trabajado para los demás, en las fábricas de conservas de su pueblo, de limpiadora en una cooperativa de pescadores, como precaria vendedora de cebada tostada -sucedáneo del café-…Y siempre cuidando de sus hijos y de sus nietos, durante toda su vida.

Como era pariente lejana de Ramón, de vez en cuando, en la Pescadería le regalaban unas gambitas para alguna celebración familiar. Aquel día coincidió la anciana con Ramón en su saladero; se había acercado a procurarse como otras veces unas gambas para el bautizo de una nieta. El potentado dio las órdenes oportunas para que le facilitasen a Inés un ranchito, con gambas, algunos langostinos y bastantes morunos  -llamados carabineros en otros lugares; que antes solo los comíamos los pobres, y ahora es un manjar para gourmets-. El armador, con un aire displicente, como si no quisiera dar importancia a su generosa magnanimidad, exclamó en voz alta:

-¡Ah, Inés, Inés, el dinero, el dinero...!

Inés, con el contenido orgullo de los humildes, le rebatió:

-Pues mira, Ramón, yo solo deseo tener más tiempo de vida, y envidio la juventud y la salud.

El tiempo quiso darle la razón a Inés, que vivió ciento un años. En cambio, todo el dinero de Ramón no pudo evitar que, a pesar de que era bastante más joven que ella, muriese veinticinco años antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchisimas gracias por tu comentario.